miércoles, 17 de febrero de 2021

Otro regalo por el 10mo Aniversario

 

Nostalgia.

 

 

 

Cuando digo que estuve casada dos años la mayoría de la gente pregunta

- ¿Y qué pasó?

A veces imagino que esperan hallar en mí respuesta los rastros de alguna historia de amor de esas que contienen, mucho drama, infidelidades y rencor. Sin embargo en  mi relación no existió nada de eso, a decir verdad ni yo misma puedo explicar muy bien qué fue lo que sucedió, solo sé que un día los dos nos dimos cuenta de que la relación ya no funcionaba y decidimos alejarnos.

Cuando recuerdo los días vividos al lado de mi ex esposo, me siento feliz y nostálgica. Los primeros meses después de nuestra separación, pensaba que nunca sería capaz de olvidarlo, que dejar de amarlo era imposible, sin embargo los días pasaron rápidamente y ahora estoy aquí recordando las cosas lindas que vivimos juntos.

Aprendí mucho al lado de Pepe, lo más divertido fue nuestro proyecto de tener una cervecería artesanal, por supuesto él era el cerebro de tras de nuestras creaciones y yo me encargaba de la venta, la inversión y la compra de los materiales e insumos.

Toda nuestra relación estuvo marcada por ese proyecto, recuerdo los atardeceres en la azotea de la casa de mis padres, el olor de la malta recién molida, los rayos del sol sobre nuestras caras, el color brillante del mosto y el vapor que se desprendía velozmente de nuestra gran olla de cocción, aromatizando toda nuestra cocina con el aroma de los lúpulos.

También recuerdo el esmero que él ponía a la hora de desinfectar todos los instrumentos que utilizábamos en la cervecería, la exactitud con que trabajábamos, al cronometrar los tiempos requeridos para cada paso de la receta. Al final cuando el mosto ya estaba en el fermentador y el sol comenzaba a ocultarse anunciado la caída de la noche sobre nosotros, llegaba el momento de lavar todo el material, mientras brindábamos con una “Chela” por el trabajo del día.

Cocinar cerveza era divertidísimo, mucho más que comercializarla, es decir, era una labor creativa, en la que ambos trabajábamos a la par, desde moler el grano hasta embotellar y etiquetar nuestro producto.

La parte de las ventas era un poco más compleja, pues ninguno de los dos sabíamos nada de mercadotecnia o publicidad, sin embargo, siempre nos mostramos entusiastas respecto al futuro de nuestro pequeño negocio.

Recuerdo que un día Pedro me propuso hacer un spot publicitario para nuestra cerveza, la idea nos encantó. Pedro trabajo en el slogan, busco las voces que a su criterio se acomodarían mejor a lo que deseaba transmitir con el spot y hecho mano de todos sus conocimientos.

Cuando lo tuvo listo, nos envió la grabación, el resultado nos encantó. Pepe estaba tan contentó que lo compartió inmediatamente con su familia, era la primera vez que nuestra cerveza tenía un comercial grabado, estábamos realmente emocionados.

Pedro hizo mucho más que grabarnos el spot, también lo trasmitía todos los martes a través de su programa “Por las negras entrañas de la música”.

La primera vez que lo escuchamos en la radio, estábamos en el estudio, Pepe descansaba sobre la cama y yo estaba sentada frente a mí laptop escribiendo unas cosas, comenzó el programa, Pedro nos mandó saludos, junto al resto de su audiencia. El comercial de nuestra cerveza sonó dos veces a lo largo de la transmisión, estábamos muy entusiasmados. Ese año hicimos un par de catas en distintos sitios, acompañábamos las catas con algunos bocadillos y Pepe daba una pequeña explicación sobre los estilos que degustarían nuestros invitados, por supuesto nuestro spot sonaba alto y claro antes de que el maestro cervecero comenzara a hablar.

Hace dos años que me separé, desde entonces no he vuelto a charlar con Pepe, nuestro proyecto cervecero murió el día que nos divorciamos. La pandemia me ha impedido ver a Pedro desde hace más de un año, aunque nos mantenemos en contacto. Yo sigo escuchando Por las negras entrañas de la música todos los martes, me pregunto si Pepe también lo escuchará, el spot publicitario que nos hizo esta archivado en mi computadora en la carpeta llamada “Cervecería”, sin embargo el gesto de camaradería que Pedro tuvo con nosotros está guardado en mi cabeza, como parte de los recuerdos más bonitos de un momento de mi vida que aún me llena de nostalgia. 

 

 Christine de Pisan

 

 

 

 

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