miércoles, 28 de marzo de 2018

RESEÑA DE LA NOCHE TRIBAL: Cantautores de la región de los volcanes







Por: Bino Barranco
Fotos: Cortesía de Janette Bizarro,
Enrique Narada,
Cesar Pintor







La noche del viernes 16 de marzo se llenó de una esencia diferente en la Estación Amecameca, la razón:la presentación de los cantautores de la región de los volcanes. Las 8 en punto, y la cita se comenzaba a concretar, algunas mesas ocupadas, las risas, vasos que chocan y una canción afro antillana sonaba insistente desde la cabina improvisada de Las negras entrañas de la música.

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Los cantautores con su espera personal pero también en grupo, están a la expectativa, algunos afinando su arma musical, algunos más platicando, otros fumando o tomando el elixir de cebada necesario para esos menesteres beodos y nocturnos.



El primero en saltar al escenario es Bino Barranco, cantautor e intérprete Nezahualcoyense, con canciones minimalistas, nostálgicas, muy íntimas, casi locales, como con la esencia de una flor volcánica, y jugando con su loopera va ambientando sus propias canciones con tracks sobrepuestos. Canciones para el país de maíz, y la ausencia de algo, o de alguien, con cierto tono azul, van preparando el terreno inexplorado de la noche naciente.




Sigue Marco “el Güije”, o como lo rebautizó la granDiosa Nina Galindo, “la Güija escupidora (chiste local)” con canciones desenfadadas y sin condescendencias, va recetando sus melodías atonales con ese encanto que le caracteriza, sus letras llenas de metáforas, el mismo es una de ellas, cuentan historias de amor, desamor, desencanto y sueños como cannábicos, según Orlando “el Lobo estepario” -el más arriesgado de todos.



Le sigue en orden de aparición, Enrique Narada, con un sonido más
maduro, más profesional, y al parecer con tablas en la cuestión de presentar sus canciones, hace una introducción antes de cada canción, sus letras más juntas al pop y la música indie, van contando historias redondas, sin ningún hueco.



El ambiente ya está en su punto.



Prosigue, Lorena Holly, con su guitarrista y compañero Orlando Canseco “el Lobo estepario”. Lorena escribe y canta con tal soltura que se hace  evidente su formación académica, historias atrevidas y enamoradas otras, van dejando en el ambiente un sabor dulce, la guitarra bluseada le proporciona otro plus.



Rafa Calderón y Mara García al escenario, temas variados,
desde el amor añorado, hasta las matanzas en Acteal, un arco iris de letras, y dentro de cada canción, Mara con su pluma libre recita sus poemas brillantes y atrevidos.



Los parroquianos ya están en punto de ebullición.



Y para cerrar con broche de oro (trillado pero cierto), los invitados de la noche, Francisco Natera (guitarra y voz), Paty Piñón (percusiones), Didier Sánchez (bajo) y Roberto Meléndez (violín) llenan la atmósfera de música con raíces en la tierra, y frutos en la emoción del público que pide una más cuando se despiden, canciones que hablan de los tiemperos, las flores y esa conexión que les da, vivir tan cerca de la naturaleza volcánica.





Una noche memorable y única en la Estación Amecameca, recinto que se arriesga y da cabida a este tipo de expresiones alternativas y difíciles de encontrar así como juntar. Un logro hermoso, entonces.

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Los Cantautores de la región de los volcanes (la Tribu), esperarán impacientes el próximo concierto, desempolvarán las ansias y esos nervios que anticipan al primer acorde, a la primera palabra, sacudirán sus almas y las cantarán, echándolas al vuelo, y al final, esperarán que esa ave-canción se pose en el nido de cada corazón que les escuche.

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