“A
mí me encanta su trabajo. Es como los polos: Carlos Arellano, puede ser la
ternura total o el enojo, la víscera”. Nina Galindo. Tomado de Rupestre el libro
En 1987, Pentagrama se había vuelto un estandarte
de la música independiente que sonaba en peñas, parques, instituciones educativas y cualquier
lugar donde se permitiera a estos valientes de la canción expresar sus múltiples
ideas,
es aquí donde irrumpe desde Puebla,
Carlos Arellano,
con su placa Canciones Domesticas.
Canciones
Domesticas es un disco que podemos partir en dos grandes
rubros, por un lado, canciones que hablan de amor desde una
perspectiva realista y visceral, alejado de la construcción
social que nos han inculcado, en estas canciones (Nunca dejare que te vayas, Canción
para Aleida, Ella lo ama el también) se habla de un amor
esperanzado, en donde las cosas mejoraran aun con todos los errores que como
humanos tenemos en las relaciones interpersonales, el otro rubro es una clara
confrontación con la sociedad, con dichos problemas que para finales de los
80’s era necesario revisar y que para nuestra mala suerte a nadie le importo y
ahora los tenemos acrecentados; estas –rolas– (Preguntando desde un octavo
piso, Damnificado del corazón, A la caza de los dragones, Urbana receta, etc.)
son muy directas, además son la parte más roquera con sendos solos de guitarra
que Chucho
Romero
ejecuto perfectamente para darle el poder necesario a dichas canciones.
La portentosa voz de Arellano es una mezcla de melancolía y emotividad que no tiene
igual, es pues un cantante único en el mundo, para este primer
disco se hizo acompañar por su antigua banda Tierra Baldía, logrando
un disco que impulsaría la carrera de Carlos y que lo
volvería un compositor de culto en el rock y la canción del país.
30 años después de aquella grabación, era
necesario hacer un festejo, que además fue por partida doble,
ya que mi carnalito CarlosArellano, cumplió 60 años en este 2017, el lugar designado,
fue el novel Playa Girón, un espacio en pleno centro de la ciudad de Puebla que
ha logrado destacarse gracias a los múltiples compositores que se han dado cita
aquí,
el arranque de los festejos se dio con uno de los nuevos compositores poblanos
que están en boca de todos Kin Nini
que sin duda nos hizo poner nuestra atención completa,
Kin permitió que uno de sus cuates el buen Belafonte subiera al escenario y nos
hizo sorprendernos tanto por su presencia como por sus composiciones,
después de esta sorpresa, seguiría, para no bajar el nivel, el gran José
Luis Galindo, músico poblano de grandes tablas
–el cual se merece toda una revisión de su carrera musical–
después de estas tres grandes sorpresas, vendría el plato fuerte de la noche,
Carlos Arellano
(guitarra acústica) junto a Chucho Romero
(guitarra eléctrica) y los chaneques, Mario
Chánez (batería) y Jaime
Alvarado "Maqaqo" (bajo)
nos darían una clase magistral de cómo
hacer música.
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Una nueva sorpresa se vino con esta alineación de ensueño, ya que todas las canciones tuvieron nuevos arreglos, sacando provecho de los enormes músicos que tenia Arellano a su disposición, los grandes solos de Chucho Romero, junto con las atmosferas logradas por Mario, todo complementado por las armonías de Maqaqo en el bajo.
Las rolas del disco fueron
sonando en orden para felicidad de los que nos reunimos allí,
con acotaciones, Carlos
nos contaba pequeños pedazos de
historia, de esas historias que tuvo que vivir para poder componerlas, también de
manera muy natural nos contaba cómo veía las canciones
compuestas 30 años después, que cosas le siguen gustando y cuales cambiaria, sus intentos de cambiar las letras para traerlas al tiempo actual y como a la hora de cantarlas se le olvidaba hacer efectivos estos cambios.
compuestas 30 años después, que cosas le siguen gustando y cuales cambiaria, sus intentos de cambiar las letras para traerlas al tiempo actual y como a la hora de cantarlas se le olvidaba hacer efectivos estos cambios.
Después de repasar el disco
completo, quedaban muchas canciones más
que fueron tocadas, canciones de otros discos, canciones emblemáticas, canciones
que no podían dejar de ser escuchadas por el público que ya entonces estaba
maravillado.
Casi 3 horas de este festejo nos
dejo con ganas de mas, los gritos de “nunca dejaremos que te vayas” reflejan
perfectamente el sentimiento que tenemos por el gran Carlos Arellano.
¡Por
favor queridos lectores no dejen de escuchar a este magnífico compositor, ya
sea en disco, en presentaciones, por radio, en donde puedan créanme su vida
cambiara de manera positiva!
¡Agradecemos
el apoyo de Carlos Arellano, su hermosa familia, al equipo del Playa Girón, a León
Torija, a José Luis Galindo y su también hermosa familia!
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