La inauguración del 41 Festival Internacional Cervantino se
lleno de gala al tener a una leyenda de la música uruguaya.
La calidez, el buen humor y la gracia de Rubén Rada logro emocionar al público -como era de esperarse-, un público
constituido en su mayoría por jóvenes que no han tenido acceso a la música
tradicional de Uruguay. El candombe.
La impecable banda formada por una cuerda de tambores (chico, repique y piano, ordenados de
más agudo a más grave) batería, sintetizador, bajo y guitarras gemelas además
de un terceta de congas donde el también percusionista mostro porque ha sido
una de las grandes estrellas uruguayas al combinar rock, pop, latín jazz, funk,
tango y por supuesto candombe.
Desde sus días con Totem (1971) “El negro” se ha vuelto una
referencia de la música uruguaya que nos compartió en un concierto impactante
lleno de energía.
Con un setlist cuasi mágico que abarco las canciones más representativas de su carrera solista, Rada demostró su enorme dialogo con los asistentes y la razón de que fuera él quien iniciara esta fiesta de arte.
Queridos lectores si desean conocer más del trabajo de esta
leyenda de la música les dejo la siguiente liga:
Un agradecimiento a Felipe Salas, Edgardo Aguilar y por
supuesto a Jorge Avalos por todo su apoyo.
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