domingo, 19 de agosto de 2012

UNA JUSTIFICACION


La música forma parte del ser humano y de la misma manera que nuestras necesidades físicas deben de ser atendidas, nuestras necesidades espirituales lo tienen que ser, la música atiende en muchos sentidos esa necesidad.

En el presente de nuestro ámbito social esta necesidad ha sido aprovechada por una industria poco escrupulosa quitándole su condición artística para ser transformada en un producto masivo, vacío, sin emociones y llena de toda clase de melodías repetitivas con letras que caen en la rima burda y simple.

Los medios de comunicación masiva son cómplices de esta atrocidad; los pocos medios independientes que se escapan de esta triste realidad son relegados y menospreciados.

Es, en este momento critico donde los músicos deben de salir mas allá de los lugares donde comúnmente podemos escucharlos y permitir que lo mas jóvenes se acerquen a géneros poco difundidos pero que gozan de gran calidad emocional e interpretativa.

Las escuelas en su calidad de lugares de aprendizaje deben de fomentar, difundir y aprovechar este acercamiento entre músicos y escuelas,  para que sus alumnos, nuestros alumnos, nuestros jóvenes tengan no solo la fortuna de percibir la música como un arte, sino también puedan convivir con ellos y darse cuenta que la creencia de que son superhumanos (misiva creada por la industria y los medios de comunicación masiva) es errónea.

También debemos alejarnos de la creencia de que solo la música clásica con tendencias europeas es arte. Toda la música que busca expresar y emocionarnos es arte. Expresiones como el jazz, blues o el son, buscan remover nuestros sentidos, demostrarnos su capacidad de interpretación, expresarnos la profundidad de sus sentimientos y en muchos casos iniciar un dialogo que solo es comprendido porque quien esta en dicho concierto todo esto alejado de la industria que tiene secuestrada a la música.

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