miércoles, 14 de abril de 2021

A todo el personal de salud

 


 

A todo el personal de salud, a toditos, toditos, desde el señor que nos recibe en la puerta que no tiene protección más que un cubre bocas de tela sencillo, hasta los doctorcit@s que están al frente de esta pandemia y desde marzo del año del 2020 pasaron a ser los  protagonistas de una lucha que parece no tener fin, que da treguas cortas y largas batallas, no puedo imaginar la impotencia de los médicos ante lo desconocido, las pérdidas que han enfrentado  ante este enemigo,  que actúa de forma tan despiadada, que no perdona edad, ni condición social, aunque es claro que para los pobres siempre es  peor, sabemos que tanto pacientes, familia y compañeros de trabajo han sido despedidos con dolor y furia, pues una parte de la población parece no entender o no creer en el virus mortal, como si los cuerpos que vimos salir de los hospitales de manera continua  en las carrozas, fueran una fantasía creada por el Estado.

 

Este reconocimiento va desde mi experiencia,  hace unos días perdí a mi padre que se contagio del virus, siendo víctima de algún irresponsable o asintomático que fue a la misma tienda que él, que era al único lugar donde iba, entro al hospital ISSSTE de Tlahuac, con una oxigenación de 78, y con él, todos nuestros miedos de lo que pasaría con mi generoso padre.

Mi hermano y yo sabíamos que teníamos que confiar, les estábamos entregando a una de las personas que más amamos, y así fue, confiamos todo el tiempo, no solo teníamos fe, sino confiábamos que todo su esfuerzo está puesto en cada paciente, que entendían que no era solo un nombre, sino el padre, el esposo, el abuelo de quienes lo esperaban en casa. En cada llamada nos explicaban su estado de salud intentado hacernos comprender lo que sucedía con él, voces muy jóvenes del otro lado del teléfono nos preguntaban si teníamos dudas, teníamos muchas, pero no teníamos como explicarlas , nosotros confiábamos, llego la primera mala noticia, había que intubar, su oxigenación se había desplomado de manera repentina, confiamos y autorizamos, al parecer todo iba bien y los riñones comenzaron a no funcionar, necesitaba diálisis, seguimos confiando, otro golpe que parecía ser el final, su corazón estaba colapsando, sus plaquetas bajaron y aun así, ellos nos dijeron su papá esta luchando y nosotros lucharemos con él, nos pidieron autorización para transfusión de sangre , nosotros seguíamos confiando; pero el cuerpo de papá estaba cansado  así que a pesar de ser un guerrero, partió a un lugar mejor .

 

Nosotros confiamos en que ese cuerpo médico que estuvo al frente siempre lucharon  a su lado, y como con mi papá lo han venido haciendo con miles, no siempre han recibido un buen pago de parte de una sociedad que no se cuida, o los responsabiliza de su irresponsabilidad, ustedes han dejado familia, seguridad,  han tenido que ver como muchos de sus compañeros se han contagiado y perdido la contienda además saben que pueden ser los siguientes, es por eso que ustedes son héroes.

 

Yo solo les puedo decir gracias por  seguir enfrentado a este virus, gracias por luchar hasta el final al lado de sus pacientes, gracias por no claudicar a pesar de condiciones tan adversas, gracias por tanto y perdón por darles tan poco, por que deberían ganar más, deberían ser más.

 Los abrazo tanto, espero que la vida les recompense en algún momento  tanta entrega con amor.

Que estas palabras vayan de homenaje a todo el personal de salud  que está en la primera Línea.

 

Angélica Santiago García

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