Público que espantaría a cualquier "chavo"
de menos de 30, la mayoría de 50 para arriba muy ad hoc para los artistas que se iban a presentar.
Escenario minimalista, lugar muy agradable a la vista,
se sentía íntimo y cómodo, era como estar entre los tíos y abuelos en una cena
familiar, al fondo sonaba BB King suavecito, y en primer plano las pláticas de
las amistades de antaño, los negocios y propiedades, saludos cariñosos por
doquier como si no se hubieran visto en años.
El presentador anuncia con orgullo a los artistas y
sale primero Don León con paso lento acomodándose en su silla y buscando su
guitarra, acto seguido Memo con su característico bigote y peinado aún más
blancos que nunca, antes de saludar y presentar le da un suave sorbo a su
mezcal en un coqueto jarrito.
Debo admitir que si nunca los has visto en vivo podría
parecer tedioso en la grabación, pero hay que estar allí para que la magia
aparezca.
León como bien lo dice Briseño plática lo que ve, el dibuja las historias con la palabra, bastan sólo tres acordes para sumergirte en intrincados conflictos sociales que te llevan de la mano y que los visualices, el nudo te acecha, te resuelve y te saca una sonrisa de obviedad o de incógnita.
León como bien lo dice Briseño plática lo que ve, el dibuja las historias con la palabra, bastan sólo tres acordes para sumergirte en intrincados conflictos sociales que te llevan de la mano y que los visualices, el nudo te acecha, te resuelve y te saca una sonrisa de obviedad o de incógnita.
Y mientras, Memo es impecable con las manos no le quita la vista al
diapasón de León, si bien nos advirtió que las canciones ya estaban
puestas, la improvisación estaba a la orden, y así fue, me impresiona de sobre
manera lo rápido que puede ser todavía y el "feel" que le pone a cada
nota.
Mientras Teixeiro platica en son, en huapango o en corrido, Briseño acompaña, se encima, se escurre, interactúa y
sobresale con tintes de blues, de rock y de soul en una plática abierta, desentendida, sin miedo y bien
elaborada.
Se nota la comunión musical, una hermandad que va más allá de la amistad, luchadores sociales que lo han vivido todo, que han visto todo, y que siguen con sus ideales en común.
"Vieja gorda y fea" mi favorita, el teclado en la
grabación me pone la piel chinita, y me pudo mover
en la historia de "Iba volando",
el momento conmovedor, cuando Memo le dedica "Ya
no quedan muchos leones" el silencio y el asombro acompañado de
un huracán de aplausos se hace presente, a León le arrebata una lágrima y nos mueve a todos. Las
historias personales entre números le daban -la sazón perfecta- a cada canción
como introducción, y los chascarrillos nos sacaban la carcajada.Se nota la comunión musical, una hermandad que va más allá de la amistad, luchadores sociales que lo han vivido todo, que han visto todo, y que siguen con sus ideales en común.
"Vieja gorda y fea" mi favorita, el teclado en la
En el público, a Aurora le duró una sonrisa de orgullo
todo el rato, y al otro lado Jr. observaba a su padre con detenimiento y con
espíritu tranquilo.
Como plus, el audio estuvo impecable, claro y
nítido, con efectos en el lugar correcto, como deben de sonar todos los
artistas y a la altura del lugar.
Un espectáculo maravilloso para leones, por dos viejos
lobos de mar, una noche muy disfrutable. Y ahora que lo re escucho lo entiendo
todo.
Gracias Memo, gracias León.
El Pato
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