miércoles, 30 de octubre de 2019

ENSAYO EN BREVE. CARLOS ARELLANO Y SU NUEVO DISCO.



Para comenzar este escrito necesito aclarar varios puntos querido lector, allí le van:
 
  • El disco no existen aún (no se desesperen ahora explico un poco mas)
  • La amistad que me une a Carlos no me permite ser objetivo, esto no quiere decir que mi capacidad de escucha se vea limitada, sino que algunas cosas se leerán como guayabazos aunque no se pretenda eso.
  •   Las propuestas independientes en este país, sobreviven, pero si queremos cosas con mayor calidad de producción es necesario ayudar, y si, esa ayuda tiene que ser monetaria.
  •   La banda roquera poblana es muy cercana.
  • ¿Quiere formar parte de la magia?








Aclarado lo anterior, no quiero que inicie esta lectura con un mal-sabor pensando que lloverán una serie de hipérboles, por el contrario quiero platicarle un poco de lo sucedido hace unos días en la capital poblana; sin embargo como todo escrito es necesario ponerle en contexto querido lector.
Hace un par de semanas fui invitado por Carlos Arellano para un concierto que no era del todo público, la idea era básicamente
reunir fondos para iniciar la grabación del nuevo disco, este concierto fue en el bellísimo lugar El Breve Espacio en la capital y para eso, Carlos convoco a un montón de fans –por decirles de algún modo, porque uno termina volviéndose amigo de Carlos más que su fan– y aunque el concierto no convoco a tantas personas como se propuso -esto debido al día (jueves)- no fue un error como podría pensarse, resulta que los que pudimos escuchar este presentación de canciones, nos volvimos de muchas maneras promotores de esta nueva aventura del gran Carlos Arellano, la razón es muy simple, la tremenda mezcla de canciones que están cocinándose es deliciosa.





Para quien no conoce la discografía del poblano les parecerá una sorpresa la alineación con la que se hizo acompañar,  sucede que mucha
gente está acostumbrada a escucharlo con su guitarra en un concepto acústico, pero Arellano es un roquero de coraza.





Esta maravillosa alineación está compuesta por una base impresionante con dos músicos de largos colmillos, Mario Chánez en batería y Jaime Alvarado "Maqaqo" en el bajo, la potencia del bajo combinada con el estilo único de Mario permite que Gustavo Espíndola en guitarra eléctrica y Carlos González Marrufo en teclados, tengan una libertad completa para generar sonidos únicos amalgamados perfectamente con la voz de Carlos.
El concierto fue en palabras del compositor, un ensayo público, más que una presentación, quien mantuvo un dialogo abierto con todos los presentes quienes disfrutábamos
del trabajo de nuestro amigo, allí entre el público estaban grandes músicos poblanos.
Las canciones (sin nombre definitivo) sonaron y de que manera, es un bagaje de folk, rock, rock progresivo, blues, hillbilly, country, y básicamente todo lo que Carlos escucha,  suena a Soleil 12, mezclado con Bob Dylan, mezclado con Otis Redding, y a su vez con Johnny Cash mezclado con las guitarras de Mick Taylor todo fusionado con
un teclado que va de Billy Preston a Kenneth Gaspar, como supondrá la música es un tesoro, ¿y las letras? La sola pregunta me provoca un cierto resentimiento contra mí, porque las letras son –como siempre han sido– de una calidad fuera de serie. Carlos Arellano no solamente se reencuentra sino que además se reinventa algo que es mucho más complejo.  Estas canciones demuestran la genialidad de Arellano, creo que esto resume lo que intento explicar.
Como sabrá querido lector, después de generar una pre-producción de un disco, que incluye, la composición de las letras, el desarrollo armónico de la música, y buscar que una banda se amarre para que suena todo en donde debe y como debe, es necesario comenzar la grabación del mismo,  esto implica mas pasos como buscar donde se grabara, cuanto costara, los días que se hará, implica viajes, pagos de estancia, comidas y un largo etc., para después pasar a
la parte de mezcla y masterización,
esta parte es la más estresante porque los ingenieros pueden caer en ciertos vicios que no le gustan al músico, o viceversa, el pago de este paso, es tiempo, a veces este paso puede dejar un disco en stand by, por muchos meses o años, para continuar con el último paso que es mandar a maquilar, esto incluye el diseño del disco, el acomodo de las canciones, el tipo de envoltorio, el diseño del librillo, y otro largo etc.

¿Cansado de leer el proceso? Pues es más cansado hacerlo definitivamente. Este proceso los músicos lo ven como algo necesario para tener un producto que exprese de manera oportuna, real y mágica lo que ellos nos quieren compartir.
Como imaginara querido lector este proceso es costoso, y justo aquí es donde le digo que me vuelvo promotor del trabajo de mis amigos, en este caso de Carlos.



El roquero poblano ya regalo dos discos –Zombra cero y Canciones dispersas–  creo que es importante regalarle un poco de nosotros a él.  ¿Cómo? Simple, vaya a todos los conciertos donde vea anunciado el nombre de Carlos Arellano que pueda, o si de plano lo desea, busquelo y pidale su cuenta bancaria, créame no se arrepentirá nunca, ya sea por la música, o por las canciones, o  por la convivencia con un ser grandioso como lo es él, o simplemente por saber que puede formar parte del recurso de un disco que no dudo que se volverá un disco clásico del rock mexicano (ya tiene 2 discos que lo lograron, Canciones Domesticas y El Baile de las Cosas).

¿No quiere formar parte de la magia querido lector?
 

¡Agradecemos al personal del Breve Espacio, lugar con 36 años de existencia, a Carlos Arellano, Aleida, a todos los musicazos poblanos que me encuentro cada vez que voy, y especialmente a José Luis Galindo y su bella familia, quien no me dejo dormir en las calles frías de Puebla!

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