Después de que el movimiento punk vociferara esto en
los setentas pareciera que fuese cierto,
otros reclaman que fue amaestrado, que perdió validez, que no fomenta la rebeldía,
los locales desdeñan el trabajo de los nacionales llamándole “rocksito” confundiéndolo
con pop, y peor aun sin buscar verdaderas propuestas y haciéndose pasar por
cultos en el tema, demostrando solamente su ignorancia díptera, pero ¿De verdad
está muerto el rock?
La respuesta a esta singular pregunta se encuentra
como siempre en la calle, en los
espacios que nos dan a conocer lo que la calle
nos quiere decir, muestra de ello, es lo que se vivió el pasado domingo en la
legendaria Casa del lago, un recinto cultural de nuestra máxima casa de
estudios, que fiel a su papel universitario, abre su espacio para todos
aquellos que tienen algo que decir.
Gracias al apoyo de OPC Cleta
(quienes están a punto de cumplir 45 años de autogestión cultural y artística) y
a la Bohemia Subterránea
(Colectivo que siempre busca nuevos
espacios para los artistas urbanos) pudimos
constatar que el rock y sus derivados están vivos, gozan de buena salud, son auténticamente
rebeldes, no se han amaestrado y su discurso tiene mayor validez,
al no ser el género musical en boga –lo cierto es que el rock no es actualmente
el género de moda-
El festival inicio con la participación de José Luis Galindo,
viejo lobo de mar de la escena roquera poblana quien trae nuevo disco bajo el
brazo y que nos mostro un poco de lo que vendrá, la presentación oficial será el
16 de febrero allá en tierras poblanas, con letras acordes a
sus
vivencias, sus canciones son claramente enfocadas a los amores sin caer en lo azucarado, todo mezclado con cargas sociales que si te despistas un poco se te van, continuo el gran Rudo Gómez, desde Morelos quien siempre tiene una fuerte carga discursiva que contrasta con su elegante vestir, Rudo tiene unos versos finos llenos de una labia rabiosa que uno no espera con su sonriente cara, Ruidolfo y Pavel Pastilla, en turnos diferentes, demostraron que el rock urbano (el nombre se lo dio la gente y por eso es válido) no está fenecido y que no necesitan recrear viejas baladas para ser tomados en cuenta, originarios de
Nezahualcoyotl, uno de los eslabones más importantes del rock, demostraron que los problemas que aquejan a los pobladores de la zona metropolitana aun existen y tienen que ser contados, sus canciones fieles a la tradición de rock urbano, son de una lirica simple pero contundente, liricas que te golpean directo en la mente, donde las risas funcionan mas como un mecanismo de defensa porque pasaste algo similar y sobreviviste.
Trip
& Blue con una fusión de blues, rock and roll, rock duro y
harta diversión, nos transporto a un lugar lejano, con
canciones inteligentes llenas de vida, su front Geko Wilbury
saca provecho de sus músicos, de su actitud y de sus letras, para dar su justo
lugar al poderío femenino.
Finalmente, yo los llamaría, los de
casa, ya que el Charlie, forma parte de ellos, y también de la
Bohemia Subterránea, los
Gatos Místicos (ojo no son cósmicos, esos son las
caricaturas) fusionan variantes del rock para crear un rock
primigenio con toques sutiles que a veces suenan a jazz latino y a veces van hacia
horizontes insospechados gracias a su formación que incluye un cajón
en vez de batería, lo que les da mayor versatilidad. Su lirica es
completamente urbana pero sin llegar a ser rock urbano.
De esta manera el Festival de Rock Independiente dio
por concluida su participación, pero no así su fin, ya que como dije al
principio de este escrito, el rock no está muerto, está vivo, goza de buena
salud y sigue teniendo liricas corrosivas, pero eso si hay que salir a
buscarlo.
¡Querido
lector, le conmino a que salga a buscar estos proyectos, estos festivales y se dé
cuenta por sí mismo de lo que le digo!
¡Agradecemos
todas las atenciones de OPC Cleta, la Bohemia Subterránea y de todos los
participantes de este festival!
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