Fotos: (no seriadas) Karla Martinez
Difícil y complicado resulta etiquetar la música de Haydn, lo cual compromete este
escrito ya que por mucho que lo intente, la única forma de entender y
etiquetar su música es viéndolo y escuchándolo, y no es
que sea música compleja de escuchar (como cierta música ambiental que se
escucha pesada y que muchas veces por eso el grueso de la gente no la escucha),
es
simplemente que Haydn es único, y no lo
digo porque seamos amigos, tampoco es un guayabazo como suele suceder con los
amigos donde uno exalta sus virtudes, no, el caso del llamado “Asesino de la canción” es único, su música
refleja la diversidad musical que el mismo escucha, ya que no teme en usar
tangos o pop con tal de llegar a su cometido, verlo en vivo
es toda una experiencia, lo mismo usa un micrófono que se para de su
asiento y canta acapella, por eso querido lector le recomiendo verlo en
vivo y estar preparado para todo -y mi advertencia es real-. Han pasado unos años
desde que escuche su disco Pseudointimidado, fue tal el impacto que recibí, que
deje de escuchar música durante todo el día, de ese calibre es este
chihuansense.
Después de darle mis recomendaciones (y a sabiendas que este
escrito llega tarde) proseguiré a contarle lo que sucedió el pasado 6 de
septiembre en las instalaciones del Centro Cultural José Martí, este
recinto se ha popularizado por ser siempre abierto a todas las expresiones
artísticas, algo que sin duda se agradece porque permite a artistas que no
caben (o no quieren dejarlos caber) en otros lugares.
El concierto fue un festejo que sin duda lleno las
expectativas de propios y extraños al reconocer a un artista que no teme a usar
los temas más lúgubres de manera brutal. Con 25 años de carrera las
tablas de Haydn en cualquier
escenario son bastantes, algo que constatamos con el publico nativo que es difícil
para acercarse, el asesino de la canción logro hacer lo impensable, echárselos
al plato, y salir con una nueva fan.
El arranque del festejo lo tuvo Jair Marvera interpretando la canción “Es tarde” le siguió “Intacto rectal” con Miguel Ramírez el buen Lobo Estepario se avento la gran “Por si acaso”, Sussy Quintana con su dulce voz canto “Tengo ganas”, la sorpresa
que dio Antonio de Marcco con “Dulce
basura” acompañado de un coro nos hizo sonreir, el buen Jonatan Díaz interpreto “El último suspiro”, Jesús Alvarado revivió un viejo éxito “La bibliotecaria” y con un
gran performance Pato Yair y Mayela asombraron
con “La moraleja” sin duda una de las canciones màs brutales que existen, Bryan Jasso le toco dar vida a “Amanecer”,
Maiky Trauma nos emociono con la
divertida “El amor en los tiempos del viagra”
y Cesar Gonzalez Chico termino con “El
último suspiro” para dar paso al asesino Haydn Hernández quien interpreto “Tengo, amor comercial y aun se queda” para
dar por terminada –correteados porque el tiempo se había terminado en el
espacio- una sesión que si bien sorprendió a los extraños, a los seguidores de Haydn nos quedo a deber por el tiempo
tan limitado.
Felicidades
a Haydn por estos 25 años de ser autogestivo, es satisfactorio saber que la música,
el arte, no necesitan de ningún patrocinador para existir.
Les dejo la entrevista que Haydn nos dio hace un par de años.
Querido
lector, no deje de buscar los lugares donde se presentara Haydn (sin sinfónica seguramente) sinceramente le dará otra
perspectiva no solo de la música sino de la vida.
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